El suicidio es la principal causa de muerte en España entre los 15 y los 29 años, superando a las causas por enfermedad o accidente. El aumento de las tasas de suicidio en adolescentes en todo el mundo ha despertado la necesidad urgente de comprender los diversos factores que puedan contribuir a este fenómeno, así como implementar estrategias efectivas de prevención y apoyo.
La complejidad del problema del suicidio en adolescentes radica en la interacción de múltiples factores que van desde problemas de salud mental no tratados, como la depresión y la ansiedad, hasta el acoso escolar, el abuso de sustancias, la falta de apoyo emocional y la falta de acceso a servicios de salud mental adecuados. Además, las redes sociales y la presión de la perfección exacerbada pueden tener un impacto significativo en la salud mental de los adolescentes, aumentando su vulnerabilidad a pensamientos suicidas.
Entrevistas a adolescentes institucionalizados
El Dr. David Roncero pertenece al Grupo de investigación Evaluación, diseño e intervención psicosocial de la Universidad Francisco de Vitoria. Uno de los proyectos que se llevan a cabo en este Grupo de Investigación consiste en realizar entrevistas individuales a adolescentes en tratamiento residencial por problemas de salud mental con el fin de analizar la prevalencia de comportamientos suicidas y autolesiones no suicidas.
Encontrar el sentido de su vida
“Estas personas han sufrido experiencias traumáticas. Son adolescentes con problemas de salud mental tan graves que no pueden llevar un tratamiento ambulatorio, sino que tienen que estar en un tratamiento residencial durante unos meses, donde tienen supervisión y tratamiento intensivo”, explica Roncero. Tras realizar esta supervisión y analizar los factores, el estudio determina que existe una tendencia -entre los adolescentes que muestran ideación, planificación e intentos suicidas- a no encontrar un propósito vital y un sentido a su vida. “Los adolescentes no quieren dejar de vivir. Lo que quieren es dejar de sufrir”, señala el investigador.
Eventos vitales estresantes, apoyo social y familiar
Los resultados también muestran que, a mayor presencia de eventos vitales estresantes, aumenta la tendencia entre los adolescentes a cometer autolesiones y actos suicidas.
Así, resulta fundamental tener en cuenta tanto los rasgos personales o internos como los factores externos o contextuales. “Estos adolescentes no encuentran sentido a su vida, porque no tienen las competencias personales desarrolladas o porque no sienten el apoyo necesario de sus amigos, profesores, o de su familia”, comenta el experto.
El 90% de las personas fallecidas por suicidio padecían algún trastorno mental
Uno de los factores de riesgo más estudiados en relación con el suicidio es la presencia de un trastorno mental. Si bien la mayoría de las personas con trastorno mental no comete actos suicidas, los resultados de algunos estudios realizados mediante autopsia psicológica concluyen que en torno al 90% de las personas fallecidas por suicidio padecían algún trastorno mental. Con todo, Roncero destaca la importancia de encontrar un sentido a la vida y la necesidad de un sólido apoyo social y familiar como medios preventivos, así como la relevancia de tratar los trastornos mentales para reducir el riesgo de suicidio.