Un estudio llevado a cabo en la UFV analiza el uso de los test genéticos para la detección de talento deportivo, optimizar el nivel de entrenamiento o prevenir las lesiones relacionadas con el ejercicio. Pero, ¿podremos detectar al próximo “Alejandro Valverde”? Esta es la pregunta que se ha hecho David Varillas, investigador de la UFV.
Alejandro Valverde es un ciclista español profesional y actual miembro del equipo español Movistar Team, de categoría UCI WorldTeam. Corredor completo y versátil, ha sido capaz de ganar tanto clásicas como vueltas por etapas. Destaca principalmente en la montaña, terreno en el que posee una gran explosividad que le permite desenvolverse con gran soltura en los puertos cortos y en las “cotas” de gran pendiente. Con un total de 133 victorias como profesional, ha sido ganador del UCI ProTour 2006 y 2008 y UCI WorldTour 2014 y 2015. Entre sus victorias más importantes se encuentran una Vuelta a España en 2009 y el Campeonato Mundial en Ruta 2018, ganado con 38 años de edad.
Pero ¿hasta qué punto la genética es la responsable del éxito de Alejandro Valverde? Ya hacía alusión el periodista deportivo, Javier Ares, preguntándose cómo era posible que un deportista mantuviera su mejor nivel “durante 22 años de profesional”: en este sentido, destacaba la proeza llevada a cabo por el ciclista al recuperarse de una lesión de rodilla y al año siguiente ser “capaz de ser campeón del mundo”. Hazaña que no pudo el pentacampeón del Tour de Francia, Miguel Induráin, de catalogar como “lo nunca visto”.
El impacto de la genética en la fisiología y el rendimiento deportivo es uno de los aspectos de investigación más debatidos en las ciencias del deporte. Sin embargo, resulta importante determinar la relación entre ambos, ya que la capacidad física y genética es uno de los factores que pueden llevar a despuntar en “carreras al sprint, escapado, en montaña, en contrarreloj…” como así dejaba constancia el ciclista profesional, Alberto Contador.
Esta investigación llevada a cabo por David Varillas recopila el conocimiento que hay hasta la fecha relacionado con la genética y el rendimiento deportivo.
Detectar el talento deportivo mediante la genética
La genética es un campo de moda en el mundo de la investigación deportiva. Siempre se ha dicho: los deportistas deben de “tener una buena genética”. Pero ¿hasta qué punto las pruebas genéticas son determinantes para la selección de talento deportivo o el diseño de un entrenamiento personalizado?
Para un deportista profesional resulta crucial descubrir qué parámetros determinan su óptimo rendimiento en cualquier ámbito, tanto en el entrenamiento como en la competición. Con este estudio, Varillas pretende aportar conocimiento sobre la relación existente entre la genética y el rendimiento deportivo. Existen “cerca de 200 polimorfismos genéticos que influyen en los rasgos de rendimiento deportivo, y más de 20 polimorfismos pueden condicionar el estatus del deportista de élite”, comenta.
Aún sí, el investigador señala que “con la evidencia actual, todavía nos encontramos en una etapa temprana para utilizar el genotipado como una herramienta que nos sirva para predecir el rendimiento en el deporte de competición o mejorar los métodos actuales de entrenamiento”. Aunque todavía existen muchas lagunas en el conocimiento sobre este campo, el equipo liderado por el Dr. David Varillas ha descubierto nuevos marcadores genéticos que ayudarán a optimizar el entrenamiento para prevenir lesiones deportivas y para conocer con más profundidad el rendimiento muscular.
Marcadores genéticos para mejorar el rendimiento deportivo
En los análisis genéticos llevados a cabo por los investigadores de la Facultad de Ciencias de la Salud UFV se han detectado diversos polimorfismos candidatos, como el gen del ACTN3, el gen de la EPO o el del IGF1, que pueden ser modificados mediante “dopaje genético” para mejorar el rendimiento deportivo de los deportistas de élite. Concretamente, esta revisión diferencia dos grupos de marcadores relacionados con modalidades deportivas de resistencia (atletismo en maratón, ciclismo, etc.) y modalidades deportivas de potencia o fuerza (atletismo en cien metros lisos, fútbol, etc.). Así, en el ámbito de la resistencia deportiva destacan los polimorfismos ACTN, ACE, CYP2D6, AMPD1 y CK-MM. Mientras que en relación con las modalidades deportivas de potencia destacan los marcadores IFG1, ILG y PPARy, entre otros.
Por otro lado, David Varillas comenta que otro de los objetivos de la genética deportiva es prevenir con suficiente antelación las posibles “lesiones relacionadas con el ejercicio”, además de mejorar la metodología y análisis genético de la investigación llevada a cabo por investigadores anteriores.
La genética, una herramienta no excluyente
La genética asociada a la fisiología resulta crucial en la consideración de un deportista como apto en términos de rendimiento, sin ser la única causa que lo determina. A la par que tampoco es el factor único determinante de cómo será o debería ser el rendimiento óptimo del deportista profesional.
Así lo demostraba el primer ciclista estadounidense que competió en el Tour de Francia, Michael Shermer, afirmando a Jonathan Boyer que para poder haber dado un mayor rendimiento solo le quedaba “seleccionar mejor” a sus padres, destacando que cada uno ostenta “ciertas limitaciones genéticas que no pueden superarse mediante el entrenamiento”.
Por lo tanto, los resultados de las pruebas genéticas no se han de usar como una garantía, como un resultado excluyente sobre cómo será el rendimiento deportista. Al contrario, debe de servir como “una herramienta de asesoramiento y optimización” del entrenamiento deportivo. Una fuente de conocimiento para mejorar el rendimiento del deportista.
El presente y el futuro de la genética
El campo de estudio sobre la genética es prometedor. Varillas afirma que a medida que la comunidad investigadora sea capaz de evaluar progresivamente un mayor número de polimorfismos y de introducir herramientas de análisis más potentes -puntuación total del genotipo (TGS) en perfiles genéticos y estudio de asociación del genoma completo (GWAS)-, se va a producir un avance considerable en el estudio de variantes individuales que determinen nuevas vías y sistemas asociados con el rendimiento”, señala.
Dosier de prensa pinchando aquí