- Se ha lanzado una guía de buenas prácticas, se han realizado simulacros para evitar fallos y se han creado espacios virtuales para trabajos en grupo.
- Los alumnos destacan la capacidad de adaptación de la universidad, la alta disponibilidad del profesorado y el papel de los delegados para compartir experiencias.
Pozuelo de Alarcón (Madrid), 28 de abril de 2020 – La Universidad Francisco de Vitoria (UFV) inició ayer lunes, 27 de abril los exámenes finales de manera virtual. Va a ser la primera vez que la evaluación se realice en remoto por lo que se han realizado simulacros para preparar a los alumnos. Para esta ocasión, el equipo de innovación de la universidad ha creado dos espacios en el Aula Virtual con contenidos y formación online para que la evaluación refleje realmente el conocimiento aprendido y minimizar los posibles errores de los alumnos.
Se trata de un momento crucial para todos los estudiantes, pero este año las circunstancias son excepcionales. Vivimos en estado de alarma por causa de la pandemia provocada por el COVID-19. Desde el confinamiento, el sistema educativo español está afrontando uno de sus mayores retos en las últimas décadas. Mantener activo el curso, continuar con la programación prevista y finalizar el curso en fecha y hora son las pautas a seguir.
Desde el mismo momento que las autoridades decretaran el fin de la asistencia a clase presencial, los centros educativos han tenido que adaptarse a una situación desconocida. La UFV no ha sido una excepción. Por suerte, las nuevas tecnologías han ofrecido la posibilidad de mantener el ritmo habitual de sus clases y encontrar el equilibrio entre el aprendizaje y la evaluación. El objetivo ha sido seguir el horario y mantener la rutina. En solo dos días, la UFV tuvo todo dispuesto para emprender las clases virtuales y ha tomado la decisión de finalizar el curso 2019-2020 dentro de los plazos previstos. De hecho, el 100% de las asignaturas teóricas se están impartiendo online, de forma que cada día más de 8500 alumnos se conectan a más de 1200 clases.
Capacidad de adaptación
Ignacio Martínez, estudiante de 4º de Comunicación Audiovisual en la UFV, asegura que desde el primer momento el centro universitario se adaptó con rapidez a las clases no presenciales y los profesores comenzaron a facilitar material en el aula virtual enseguida. “Me di cuenta de que esta situación no era una generalidad cuando hablaba con otros amigos que se quejaban de que en sus centros no estaban respondiendo con la misma rapidez. Les agradezco a los profesores de la UFV que se hayan adaptado de esta manera y que estén cumpliendo con las expectativas”.
Para el claustro de profesores esta experiencia también está siendo muy positiva. La profesora Patricia Castaño, responsable de los profesores de Acompañamiento de la UFV, destaca que ahora “el claustro de profesores está más unido y compartimos entre nosotros lo que vamos aprendiendo, mejorando cada día la docencia en remoto; es enriquecedor”. La comunicación está siendo igual de fluida con los alumnos, los PEC y los delegados de curso. “Se está realizando un trabajo colaborativo que va más allá de la actividad académica y que entra ya en el terreno personal”.
Buenas prácticas
A lo largo de estos días, en la UFV han surgido nuevas prácticas que mejoran el aprendizaje. Se han lanzado cuestionarios a los alumnos en los que se pregunta por aspectos de mejora, sensaciones, programación y se han creado espacios virtuales para que los alumnos trabajen en grupo. “Están dando muy buen resultado porque los grupos incentivan el trabajo colaborativo entre los alumnos e interactúan mucho más”, apostilla Castaño. Además, “el alumno nos está reforzando y nos ayuda en el trabajo en remoto; están siendo muy generosos y la tasa de participación de clases en retomo es alta”, añade.
La opinión de los alumnos no es diferente. “Sinceramente, hemos estado constantemente ocupados recibiendo clases y haciendo trabajos que nos servirán para la evaluación. He de reconocer que los profesores han estado disponibles en todo momento, respondiendo a nuestras dudas desde cualquier canal de comunicación”, comenta Jacobo Gross, estudiante de 1º Business Analytics + ADE en la UFV, que está viviendo esta experiencia académica desde su casa en Málaga.
El reto, la evaluación en remoto
Pero sin duda, la prueba reina va a ser los exámenes virtuales, que comienzan en unos días. La UFV ha previsto un sistema para examinar a sus alumnos de manera virtual, visualizando a cada alumno mientras se realiza la prueba. Ya se ha hecho un parcial, a modo de simulacro, para que el alumno se familiarice con el sistema y evitar cualquier dificultad a la hora de celebrar el examen. Desde el centro se ha emitido una guía con unas pautas generales explícitas y con un procedimiento claro para evaluar. La calificación final estará ponderada con esta prueba y los trabajos presentados, según las facultades, tendrán mayor o menor peso dadas las circunstancias.
Los estudiantes de último curso se enfrentan al doble reto de realizar sus prácticas y entregar su Trabajo de Fin de Grado (TFG). “La ventaja es que todos estamos en la misma situación y tanto alumnos como profesores hemos conseguido tener muy buena comunicación; de ahí el éxito de trabajar y estudiar de manera virtual”, añade Sergio Jiménez, estudiante de 4º de Marketing.
En este sentido, la UFV ha asegurado todos los medios para que los alumnos puedan completar las prácticas externas. De hecho, “en el momento de suspenderse la docencia el 80% de los alumnos con prácticas curriculares ya las había realizado o ha podido continuar telemáticamente”, ha explicado Marta Montojo, directora del Departamento de Prácticas y Empleo. Además, los Trabajos de Fin de Grado (TFG) y de máster se podrán defender en modalidad no presencial por medio de la tecnología; y en el caso de los grados en Biotecnología, Farmacia, Gastronomía, y Educación Infantil y Primaria se retrasará la defensa de los Trabajos de Fin de Grado (TFG) hasta el mes de septiembre para que se puedan completar presencialmente las asignaturas prácticas.
El papel crucial de los delegados
Si en algo coinciden todos los alumnos es en el papel crucial que han jugado los delegados de clase, que han creado la iniciativa BrunchBoard. Se trata de un espacio online en la que los representantes escolares comparten experiencias para mejorar el trabajo del Aula Virtual e informar a los compañeros. “Están haciendo un trabajo de coordinación muy bueno y transparente, además de transmitirnos mucha tranquilidad. Han logrado que la comunicación entre profesor y alumno sea muy fluida, respondiendo a todas las dudas que se han planteado”, asegura Natalia Galvé, estudiante de 1º curso de ADE + Relaciones Internacionales, que vive en el Colegio Mayor Francisco de Vitoria. Su experiencia en este confinamiento está siendo muy distinta al resto de sus compañeros ya que se encuentra alejada de su familia que vive en El Salvador. Galvé reconoce que “los primeros días fueron los más difíciles, pero tanto los profesores como desde el Colegio Mayor, están haciendo todo lo posible para que esta situación sea lo más cómoda. Están muy atentos a nosotros, nos ayudan y escuchan, tanto a nivel personal como docente. Estamos muy agradecidos de estar aquí”, afirma.
En cualquier caso, los alumnos están deseando volver a la vida de antes y reconocen que echan de menos el aula, el contacto con otros compañeros, atender a los profesores, interactuar y compartir experiencias.