Ana Minaya La cirugía en pacientes con coronavirus guarda un mayor riesgo de mortalidad Estudiar en Universidad Privada Madrid

La Dra Ana Minaya-Bravo, cirujano del Hospital Universitario del Henares y tutora clínica de la UFV.

La cirugía debería ser retrasada 7 semanas en aquellos pacientes con test positivo para COVID-19; ya que se ha visto que en las 6 semanas siguientes al diagnóstico existe un riesgo incrementado de muerte, de acuerdo a un nuevo estudio global

Los investigadores descubrieron que la probabilidad de morir después de la cirugía cuando ésta se realiza en las 6 semanas siguientes al diagnóstico por infección SARS-CoV-2 es de 2 veces y media mayor.

Dirigidos por expertos de la Universidad de Birmingham, más de 25.000 cirujanos trabajaron juntos como parte del grupo colaborativo COVIDSurg para recoger datos de 140.727 pacientes de 1674 hospitales en 116 países incluyendo Australia, Brazil, China, India, Emiratos Árabes Unidos, Europa, Reino Unido y Estados Unidos creando uno de los estudios más grandes y amplios de cirugía en el mundo.

Los hallazgos han sido publicados en la prestigiosa revista Anaesthesia; los investigadores descubrieron que los pacientes operados entre la semana 0 y 6 después del diagnóstico de infección por SARS-CoV-2 presentaban mayor riesgo de muerte postoperatoria, así como los pacientes con síntomas en el momento de la cirugía.

Dr Dmitri Nepogodiev, autor y uno de los directores del estudio de la Universidad de Birmingham, comenta: “Nosotros recomendamos que siempre y cuando sea posible la cirugía se retrase al menos 7 semanas después de un test positive para SARS-CoV-2 ó hasta que los síntomas se resuelvan si el paciente tiene síntomas durante 7 semanas ó más después del diagnóstico”

La Dra Ana Minaya-Bravo, cirujano del Hospital Universitario del Henares y tutora clínica de la Universidad Francisco de Vitoria, líder del estudio CovidSurg en España señala: “Las decisiones en relación al retraso de la cirugía deben ser individualizadas para cada paciente, las ventajas de retrasar la cirugía 7 semanas después del diagnóstico de infección por SARS-CoV-2 deberían ser valoradas frente a los potenciales riesgos de retrasarla. Para algunas cirugías urgentes, como por ejemplo tumores avanzados, los cirujanos juntos con los pacientes podrían llegar a la conclusión que el riesgo de retrasar la cirugía no esta justificado”

Mientras es conocido que la infección por SARS-CoV-2 en el momento de la cirugía incrementa la mortalidad y las guías internacionales recomiendan retrasarla en aquellos pacientes con test positivo para SARS-CoV-2, hay poca evidencia en relación al tiempo óptimo de retraso.

Los hospitales que participaron en este estudio incluyeron todos los pacientes sometidos a procedimientos quirúrgicos en Octubre del 2020. Los pacientes que se infectaron por SARS-CoV-2 después de la cirugía fueron excluidos del estudio. El resultado primario fue la mortalidad postoperatoria a los 30 días.

Se usaron modelos estadísticos para ajustar por paciente, enfermedad y variables de operación, y se calculó la mortalidad a los 30 días ajustada para diferentes períodos desde el momento del diagnóstico de la infección por SARS-CoV-2 a la cirugía.

El tiempo desde el diagnóstico de infección por SARS-CoV-2 a la cirugía fue de 0-2 semanas en 1,144 (0.8%), 3-4 semanas en 461 (0.3%), 5-6 semanas en 327 (0.2%), 7 semanas o más en 1,205 (0.9%) y 137,590 (97.8%) no tuvieron infección por SARS-CoV-2. La mortalidad a los 30 días ajustada en pacientes que no tuvieron infección por SARS-coV-2 fue de 1.5%. Ésta se incrementaba en pacientes con infección por SARS-coV-2 operados a las 0-2 semanas (4.0%), a las 3-4 semanas (4.0%), y a las 5-6 semanas (3.6%), pero no a las 7-8 semanas (1.5%) después del diagnóstico de infección por SARS-CoV-2.

Hospitales colaboradores en el estudio La cirugía en pacientes con coronavirus guarda un mayor riesgo de mortalidad Estudiar en Universidad Privada Madrid

El número de hospitales por países que han colaborado con el estudio dirigido por la Universidad de Birmingham.

Estos hallazgos fueron consistentes en los diferentes grupos de edad, diferentes condiciones de gravedad, urgencia de la cirugía y grado de cirugía y en los análisis de la cirugía programada. Después de retrasar la cirugía 7 semanas o más, los pacientes que continuaban con síntomas tenían una mortalidad mayor (6%) que aquellos pacientes en los cuales los síntomas se habían resuelto (2.4%) o aquellos que habían estado asintomáticos (1.3%).

 

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