El establecimiento de áreas y rutas quirúrgicas libres de COVID-19 dentro del hospital para los pacientes quirúrgicos podría salvar vidas durante la segunda oleada de la pandemia, reduciendo el riesgo de muerte por infección respiratoria asociada a coronavirus, según revela un estudio global. Así lo confirma un estudio elaborado por investigadores de todo el mundo, entre los que se encuentra la Doctora Ana Minaya Bravo, cirujana del Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital del Henares y tutora clínica de la UFV. Los investigadores han encontrado que los pacientes que fueron intervenidos y recibieron atención sanitaria en áreas libres de COVID-19 tuvieron mejores resultados. Estas áreas libres de COVID-19 mejoraron la seguridad de la cirugía. Su política estaba basada en que los pacientes tratados de COVID-19 no se mezclaran con los pacientes que iban a ser sometidos a una intervención quirúrgica. Estas áreas libres de COVID-19 fueron establecidas tanto en hospitales pequeños como grandes que contaban con servicio de urgencias.
Millones de cirugías de todo el mundo fueron canceladas durante la primera oleada por miedo a que el paciente contrajese la enfermedad en el hospital. Conforme otras oleadas se aproximan, más pacientes podrían tener también su cirugía retrasada. Cuando las operaciones de causa oncológica u otras causas donde el tiempo es fundamental se retrasan, la enfermedad se puede volver intratable.
Este estudio también ha demostrado, por primera vez, que los hospitales pueden continuar de forma segura realizando intervenciones si se establecen áreas y rutas dentro hospitalarias libres de COVID-19, minimizando así los riesgos del coronavirus.
Nuestra profesora Ana Minaya destaca que “conforme se reactiva la cirugía oncológica programada, los sistemas de salud tienen que buscar la manera de proteger a los pacientes quirúrgicos oncológicos invirtiendo en la creación de áreas y rutas dentro del hospital protegidas y libres de COVID-19, asegurando que estos pacientes no se mezclen con pacientes que están siendo tratados de COVID-19. Esto supone un importante desafío para los hospitales. Por ello, los gobiernos y hospitales del mundo deben ayudar a que se establezca este rediseño de los servicios quirúrgicos con el fin de proteger a los pacientes. Estas áreas y rutas libres de COVID-19 pueden salvar muchas vidas durante futuras olas, además de permitir que la actividad quirúrgica oncológica continúe de forma segura a pesar de altos índices de infección en la comunidad”.
El estudio ha sido financiado por el NIHR (National Institute for Health Research) Global Health Research Unit Grant y promovido por la Universidad de Birmigham. Incluía pacientes adultos de cualuqier edad, genero y etnia sometidos a cirugía programada con intención curative por cáncer incluyendo colon, intestino, estómago, cabeza y cuello, pulmón, hígado, páncreas, vejiga, próstata, riñón, útero, cérvix, ovario, mama, sarcoma y cerebral.
Los investigadores examinaron datos procedentes de 9171 pacientes de 55 países, de 5 continentes diferentes desde el comienzo de la pandemia hasta mediados de abril del 2020. Los expertos descubrieron que las complicaciones pulmonares (2.2% vs 4.9%) y la tasa de mortalidad después de la cirugía (0.7% vs 1.7%) fue más baja en aquellos pacientes que habían sido tratados en hospitales con áreas libres de COVID-19. Sin embargo, en este estudio, solo un 27% de los pacientes fueron tratados en este tipo de áreas protegidas.
Se estima que alrededor de 4.7 millones de operaciones se realizan en Reino Unido cada año, de ellas unas 550.000 son para extirpar un cáncer. El establecimiento de hospitales con áreas protegidas, libres de COVID-19, podría evitar 6000 innecesarias muertes relacionadas con COVID-19 tras la cirugía sólo en Reino Unido durante el próximo año.