Concluye el programa de Educación del carácter para formadores del Colegio Mayor Francisco de Vitoria

Tras dos semanas intensas de formación durante junio, los formadores del Colegio Mayor Francisco de Vitoria completaron con éxito el programa “La educación del carácter para formadores universitarios”.

El programa se inició con una exploración de los fundamentos de la educación del carácter, seguida por un bloque de antropología que permitió a los formadores comprender mejor el sujeto actual y el dinamismo afectivo detrás de sus acciones. Posteriormente, se profundizó en cinco virtudes esenciales: templanza, fortaleza, justicia, prudencia y gratitud. Cada sesión combinó formación teórica con dinámicas prácticas, fomentando la reflexión y la aplicación de los conocimientos adquiridos. Como cierre del programa, los formadores trabajaron en la integración de las “siete estrategias para la educación del carácter” en el Colegio Mayor y enriquecieron, desde la perspectiva de las virtudes, el perfil aspiracional del colegial. Todo esto con vistas a una posible acreditación como “Organización del Carácter” por la Association for Character Education.

¡Felicitamos al equipo de formadores por su dedicación y esfuerzo! Estamos entusiasmados por ver cómo continúan fortaleciendo la educación del carácter en el Colegio Mayor Francisco de Vitoria.

Testimonios

Daniel Fidalgo (Formador del Colegio Mayor)

Identificar, entender, caminar
Recuerdo una charla formativa, impartida por Adela Cortina (filosofa española), dónde explicaba la necesidad de nombrar la realidad para que el hombre pueda identificar, entender y, si necesario, reaccionar buscando siempre el fin último, el telos, que debe estar intencionadamente vinculado al bien, a lo bello, y a lo verdadero.
El programa La educación del carácter para formadores universitarios, impartido por el Centro de Educación en Virtudes y Valores fue, sin duda, una introducción en la vida virtuosa. Dentro de nuestra labor como formadores, concretamente en el Colegio Mayor Francisco de Vitoria, saber identificar la realidad del alumno, entender los motivos por el que hace o deja de hacer algo y finalmente poner nombre a la virtud a la que debe aspirar, es un gran paso para una educación hacia la plenitud.
El reto está en hacer que el alumno consiga identificar (despertar) la virtud que necesita trabajar y las que posee, entender (descubrir) el telos, el propósito y, finalmente, ponerse en camino (decidir) hacia una vida íntegra, una vida plena.
¡Pongámonos en camino!
Cor ad cor loquitur