Una investigación de la UFV expone que la superación total de las brechas entre hombres y mujeres es todavía un reto que requiere políticas y acciones para romper la desigualdad en Europa

Lograr la igualdad entre hombres y mujeres y el empoderamiento de la mujer es uno de los 17 objetivos que incluye la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su Agenda 2030 sobre Desarrollo Sostenible, al considerarlo no sólo un derecho humano fundamental, sino “la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible”.

La Universidad Francisco de Vitoria (UFV) ha realizado un análisis de las diversas métricas que han sido utilizadas para evaluar la situación de desigualdad entre hombres y mujeres a nivel nacional en varios países europeos, teniendo en cuenta criterios económicos, políticos, educativos y de salud.

Las competencias digitales favorecen la incorporación de las mujeres en el mercado laboral 

Según los resultados del estudio, la situación en Europa es positiva. El Índice Global de Brecha de Género 2022 sitúa a Islandia y Finlandia en la mejor posición, la primera en el ranking, y España se sitúa en la posición número catorce. Los datos correspondientes al ámbito de la educación terciaria son alentadores: los programas educativos favorecen el acceso del sexo femenino a acceder a todas las trayectorias formativas después de la formación obligatoria que cada país contempla en su sistema.

“Las estudiantes mujeres han obtenido resultados de alto rendimiento significativos”, comenta la directora de la Cátedra Telefónica-UFV, Mary Luz Mouronte. También un informe de la UNESCO indica que la matriculación de las mujeres en educación terciaría en el año 2021 ha sido alrededor de tres veces superior a la que existió en 1995.

En el ámbito empresarial, el estudio de la UFV muestra que la presencia de mujeres en el gobierno corporativo de las compañías se relaciona positivamente con el desempeño financiero de las mismas. “Las mujeres tienden a favorecer los objetivos relacionados con el crecimiento de la compañía”, explica la investigadora.

El acceso de las mujeres al mercado laboral se ve propiciado por la transformación digital. Las competencias digitales favorecen la incorporación de las mujeres a la actividad económica, así como al empleo. “Estas tecnologías impulsan la participación de las mujeres en la comunidad y en la vida política pues les aportan recursos para expresarse y tomar parte activa en la esfera pública”, comenta Mouronte.

Ámbito empresarial, jurídico y político, asignaturas pendientes

Es necesario implementar mejoras en algunos países en ámbitos como el empresarial, el jurídico, y el político. También las mujeres de algunas naciones se beneficiarían de medidas para corregir la discriminación en el ámbito familiar. “Incrementar la igualdad entre sexos debe impulsarse como un derecho humano. Algunas naciones europeas necesitan aun llevar a cabo ciertas acciones para conseguir mejores resultados”, declara la experta.

Las discrepancias más significativas se ven en la proporción de escaños ocupados por mujeres en los parlamentos nacionales y en el índice de mujeres empresarias y juristas. Estos campos de análisis muestran una desigualdad mayor a 10 mujeres sobre 100 hombres.

En los resultados de participación femenina en la propiedad de una empresa también se observaron desigualdades. La dificultad en la propiedad de la empresa se da en las etapas más avanzadas del funcionamiento de la compañía. “Surgen problemas relativos a credibilidad de financiadores y proveedores”, concluye el estudio.

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