«No creo que los seguidores estén saturados, al revés; sin saberlo, pasan a formar parte del equipo de publicidad, ya que visualizan los tráileres y hay cientos de vídeos en YouTube analizándolos fotograma a fotograma que se convierten en virales», explica Raquel Ayestarán, directora de grado de Marketing de la Universidad Francisco de Vitoria.
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